El estudio de la edad de los cráteres nos ayuda a saber la edad del objeto que los tiene.
Una forma de estimar la edad de un objeto que tiene cráteres de impacto, es contarlos y asumiendo una cantidad de impactos en un período de tiempo, podremos estimar la edad del objeto.
Pero esta estadística tiene sus detalles, no es tan sencilla, pero la podemos resumir de la siguiente manera.
Hay épocas de mayor probabilidad de impactos y otras de menor; y ambas no tienen por qué compensarse. Luego, se estudia la cantidad de grandes impactos, ya que los menores son lo que generalmente se dan por “temporadas” como las de lluvias de estrellas fugaces. Para esto, además, debemos tener en cuenta el tamaño del objeto en estudio, ya que es más probable que un objeto de mayor tamaño muestre impactos importantes que uno de menores dimensiones. O sea: es más fácil que un roca espacial le pegue a un objeto grande que a uno pequeño.
Aquí es donde comenzamos a mirar a nuestro Planeta.
Conocemos su tamaño y en Él hay evidencias de cráteres de impacto importantes. Muchos han sido disimulados por la erosión, pero se los puede hallar, incluso con imágenes satelitales; así se encontró el cráter Kamil en Egipto a través de imágenes de Googe Earth (es un buen pasatiempo). Si podemos datarlos, podremos saber cuántos cayeron por períodos de tiempo. Luego, conociendo el tamaño de la Tierra, podemos calcular la probabilidad de que se produzca un cráter por año por unidad de área.
Con cierta coherencia podemos extrapolar esa probabilidad a otros cuerpos y, sabiendo su tamaño y cuántos cráteres de ciertas dimensiones tiene, podremos calcular el tiempo necesario para acumularlos y por lo tanto, su edad aproximada. Se espera que todos tengan edades similares ya que todos se formaron para la misma época en el nacimiento del Sistema Solar.
La datación de los cráteres de impacto se hace a través del estudio del material expuesto por la violencia del choque del meteorito contra el suelo. Analizando los sedimentos expulsados, podemos saber cuánto tiempo estuvieron expuestos al Sol y hasta a los rayos cósmicos que provienen del espacio exterior.
Como dato curioso, el cráter Wolfe Creek en Autralia, tiene una edad de 120 mil años. Eso lo ubica en la época conocida como período interglacial Eemian, en el que la Tierra estuvo tan “caliente” como ahora, por lo que es de sumo interés para los que estudian el cambio climático.
Referencia:
- An Australian Crater Could Force Us to Rethink How We Judge a Planet’s Age | E. Howell.
https://curiosity.com/topics/an-australian-crater-could-force-us-to-rethink-how-we-judge-a-planets-age-curiosity/
pdp.