El cráter Debussy, en Mercurio, tiene un diámetro de 80 Km. Es el resultado de un fuerte impacto en la superficie, de eso da cuenta el material desparramado en forma radial. En el centro, tiene el clásico pico producto del retorno de la onda expansiva del choque. Al producirse el impacto, la onda expansiva desplaza material formando el cráter. Parte de esa onda se refleja y retorna trayendo material que se deposita en el centro. Esto es algo parecido a lo que sucede cuando se impacta la superficie de un líquido, donde luego de desplazarlo, éste vuelve al lugar del impacto formando una salpicadura vertical. En planetas con atmósfera apreciable como Marte, ese pico central se va erosionando con el tiempo, por eso es un indicador de la edad del cráter. Los muy antiguos casi no lo tienen. Esto no es aplicable en el caso de la Luna y Mercurio ya que sus atmósferas no desgastan los picos de los cráteres por lo que éstos se mantienen intactos en el tiempo.
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